En ciclismo hay una carrera que es la
Paris-Roubaix. Esta carrera es conocida también como "el infierno del
norte", debido a sus varios tramos de adoquinado y al mal clima con la
que suele correrse. Pues la media maraton de Segovia puede convertirse
en nuestro propio "infierno segoviano". Los organizadores este año
decidieron cambiar el recorrido para potenciar el centro turístico de la
ciudad, en detrimento de la zona residencial. El cambio ha implicado un
aumento considerable de tramos de tierra y muchos más kilómetros de
adoquines y piedras. El nuevo circuito a priori parecía menos duro que
el que se había corrido los años anteriores, le habían quitado dureza a
los kilómetros finales. Sin embargo después de haberlo corrido no estoy
tan seguro de ello. Además, para completar el "infierno" solo faltaba
mala climatología y de eso tuvimos para dar tomar y regalar.
Esta carrera no la tenía en mis planes, me apetecía mucho correrla, pero dada la cercanía con Sevilla, se me hacía difícil poder recuperarme bien como para poder ir con garantías. Además la operación de Susana y su convalecencia tampoco hacían recomendable mi asistencia. Después de mucho pensarlo ya había decidido que no iba a ir y me dedique durante la semana a bromear con amigos que iban a correrla, diciéndoles que las previsiones de tiempo daban mucha agua. Sin embargo un mensaje de Miguel Angel el sábado por la mañana cambió todos los planes. Su niña estaba malita y habían decido cancelar el hotel que habían reservado. Iba a ir únicamente a correr y se volvía. Como Pedro no iba a poder correrla aún tenía su dorsal disponible. Dado que Susana estaba bastante recuperada y debido al mal tiempo nuestros planes se había ido al traste, decidí ir a correrla.
Con las mismas el domingo nos encaminábamos Miguel y yo hacia tierras segovianas. Era un locura en toda regla, con el dorsal prestado,circuito muy duro, lejos, lloviendo a mares y con solo 3 entrenamientos en las últimas 3 semanas. En Segovia habíamos con quedado con Rafa, Luis y Pablo, todos componentes del club. La carrera suponía el estreno de nuestra nueva equipación.
Esta carrera no la tenía en mis planes, me apetecía mucho correrla, pero dada la cercanía con Sevilla, se me hacía difícil poder recuperarme bien como para poder ir con garantías. Además la operación de Susana y su convalecencia tampoco hacían recomendable mi asistencia. Después de mucho pensarlo ya había decidido que no iba a ir y me dedique durante la semana a bromear con amigos que iban a correrla, diciéndoles que las previsiones de tiempo daban mucha agua. Sin embargo un mensaje de Miguel Angel el sábado por la mañana cambió todos los planes. Su niña estaba malita y habían decido cancelar el hotel que habían reservado. Iba a ir únicamente a correr y se volvía. Como Pedro no iba a poder correrla aún tenía su dorsal disponible. Dado que Susana estaba bastante recuperada y debido al mal tiempo nuestros planes se había ido al traste, decidí ir a correrla.
Con las mismas el domingo nos encaminábamos Miguel y yo hacia tierras segovianas. Era un locura en toda regla, con el dorsal prestado,circuito muy duro, lejos, lloviendo a mares y con solo 3 entrenamientos en las últimas 3 semanas. En Segovia habíamos con quedado con Rafa, Luis y Pablo, todos componentes del club. La carrera suponía el estreno de nuestra nueva equipación.
Nada
más llegar comenzó a caer el diluvio, la carrera empezaba a tomar
tintes épicos. Recogemos el dorsal y nos encontramos con Rafa, Pablo y
Luis, aunque éste se hizo de rogar y llegó a falta de media hora. Dudas
acerca de que ropa ponernos, llueve a mares y hace frio. Pequeño
calentamiento y a colocarse.
Salida típica en Segovia con el lanzamiento de una salva de un cañón de artilleria. Enseguida vemos que la carrera va a ser muy peligrosa, los primeros 500 metros son cuesta abajo y por adoquines, que con la lluvia se convierten en una pista de patinaje. En un primer grupo salimos Miguel, Luis y yo, Rafa acompañaria a un amigo y Pablo salía a su ritmo en solitario. Miguel impone un ritmo alto en los primeros 3 kilometros, aguanto con mis compañeros de grupo, pero me voy dando cuenta que mis piernas no están ni mucho menos recuperadas del esfuerzo del maraton y que ese ritmo es un suicidio para mi. Conozco perfectamente la carrera y su dureza y les digo que tiren, que me lo voy a tomar con más calma. Me propongo disfrutar de la carrera y tomarmelo como un entreno un poco más exigente, a la postre y viendo los tiempazos que hicieron tanto Luis como Miguel, sobre todo éste último que se quedó a 4sg de su mmp, fué una decision acertada. Con ese planteamiento van pasando los primeros kilómetros, llegamos a la ribera del rio y con ello los primeros problemas del recorrido. Las lluvias de la semana y la que está cayendo con fuerza en esos instantes, han dejado el camino hecho un barrizal. Casi 3 kilómetros que nos dejan de barro hasta las orejas y de ahí a la tremenda subida que hay hasta el acueducto. Nada más empezar la cuesta veo a Pablo como a unos 100 metros, mantengo mi ritmo y mientras le alcanzo decido que me voy a quedar con él. Le alcanzo y se lo digo, para él le supongo una ayuda y a mi correr en compañía siempre me resulta agradable.
Con las mismas coronamos la cuesta y llegamos al acueducto, este el comienzo de uno de los tramos más bonitos que yo he corrido. La subida desde el monumento hasta la catedral. Esta estrecha calle se hace aún más, llenandose de gente que te suben en volandas con sus ánimos. Aún recuerdo la subida del año pasado en un dia de sol esplendido, inolvidable la cantidad de gente que hubo y que nos hizo subir en fila de a uno. Este año hay animación, pero menos que entonces, las manos están ocupadas sujetando paraguas. Los siguientes kilómetros son parte del nuevo trazado y transcurren por el casco antiguo de la ciudad. Son kilómetros muy peligrosos ya que los adoquines y las piedras de las que están hechas varias de las calles hace que vayamos con cierto miedo a caernos. Llegamos al Alcazar y de ahí nos lanzamos cuesta abajo hacia la zona de Nueva Segovia donde nos espera la subida más larga de la carrera, aunque este año se sube por una calle diferente a las ediciones anteriores y no es tan dura. La lluvia arrecia, para ese momento ya estamos calados de pies a cabeza y ya nos dan igual charcos, charquitos o lagunas, todos los pasamos sin esquivarlos. Pablo va justo de fuerzas pero aún aguanta el tipo. Llegamos a los últimos 3 kilometros, estos ya son cuesta abajo y muy fáciles de recorrer. Animo a Pablo y le digo que ya está hecho, que ahora ya solo queda apretar con lo que tengamos y llegar a meta. Por escasos segundos Pablo no logra mejorar su mmp, pero el hecho de quedarse cerca en una carrera como ésta ya es para estar satisfecho. A mi me ha servido para confirmar que aun no estoy recuperado de Sevilla y que la decisión de no correr el maraton de Madrid ha sido acertada. Supondría un desgaste excesivo y un sufrimiento innecesario. No tiene sentido volver a llevar el cuerpo al límite por el único aliciente de terminar, tiempo tendré de correr por ese objetivo cuando el cuerpo ya no sea capaz de alcanzar su tope.
La carrera climatologicamente ha sido durisima, la más dura de todas las carreras que he corrido hasta ahora con diferencia. Muchisima agua y frio. Muchas cosas han empeorado con los nuevos organizadores con respecto a ediciones anteriores. La media de Segovia es mi carrera favorita, pero el año que viene si no cambian ciertas cosas es muy probable que no la corra.
Salida típica en Segovia con el lanzamiento de una salva de un cañón de artilleria. Enseguida vemos que la carrera va a ser muy peligrosa, los primeros 500 metros son cuesta abajo y por adoquines, que con la lluvia se convierten en una pista de patinaje. En un primer grupo salimos Miguel, Luis y yo, Rafa acompañaria a un amigo y Pablo salía a su ritmo en solitario. Miguel impone un ritmo alto en los primeros 3 kilometros, aguanto con mis compañeros de grupo, pero me voy dando cuenta que mis piernas no están ni mucho menos recuperadas del esfuerzo del maraton y que ese ritmo es un suicidio para mi. Conozco perfectamente la carrera y su dureza y les digo que tiren, que me lo voy a tomar con más calma. Me propongo disfrutar de la carrera y tomarmelo como un entreno un poco más exigente, a la postre y viendo los tiempazos que hicieron tanto Luis como Miguel, sobre todo éste último que se quedó a 4sg de su mmp, fué una decision acertada. Con ese planteamiento van pasando los primeros kilómetros, llegamos a la ribera del rio y con ello los primeros problemas del recorrido. Las lluvias de la semana y la que está cayendo con fuerza en esos instantes, han dejado el camino hecho un barrizal. Casi 3 kilómetros que nos dejan de barro hasta las orejas y de ahí a la tremenda subida que hay hasta el acueducto. Nada más empezar la cuesta veo a Pablo como a unos 100 metros, mantengo mi ritmo y mientras le alcanzo decido que me voy a quedar con él. Le alcanzo y se lo digo, para él le supongo una ayuda y a mi correr en compañía siempre me resulta agradable.
Con las mismas coronamos la cuesta y llegamos al acueducto, este el comienzo de uno de los tramos más bonitos que yo he corrido. La subida desde el monumento hasta la catedral. Esta estrecha calle se hace aún más, llenandose de gente que te suben en volandas con sus ánimos. Aún recuerdo la subida del año pasado en un dia de sol esplendido, inolvidable la cantidad de gente que hubo y que nos hizo subir en fila de a uno. Este año hay animación, pero menos que entonces, las manos están ocupadas sujetando paraguas. Los siguientes kilómetros son parte del nuevo trazado y transcurren por el casco antiguo de la ciudad. Son kilómetros muy peligrosos ya que los adoquines y las piedras de las que están hechas varias de las calles hace que vayamos con cierto miedo a caernos. Llegamos al Alcazar y de ahí nos lanzamos cuesta abajo hacia la zona de Nueva Segovia donde nos espera la subida más larga de la carrera, aunque este año se sube por una calle diferente a las ediciones anteriores y no es tan dura. La lluvia arrecia, para ese momento ya estamos calados de pies a cabeza y ya nos dan igual charcos, charquitos o lagunas, todos los pasamos sin esquivarlos. Pablo va justo de fuerzas pero aún aguanta el tipo. Llegamos a los últimos 3 kilometros, estos ya son cuesta abajo y muy fáciles de recorrer. Animo a Pablo y le digo que ya está hecho, que ahora ya solo queda apretar con lo que tengamos y llegar a meta. Por escasos segundos Pablo no logra mejorar su mmp, pero el hecho de quedarse cerca en una carrera como ésta ya es para estar satisfecho. A mi me ha servido para confirmar que aun no estoy recuperado de Sevilla y que la decisión de no correr el maraton de Madrid ha sido acertada. Supondría un desgaste excesivo y un sufrimiento innecesario. No tiene sentido volver a llevar el cuerpo al límite por el único aliciente de terminar, tiempo tendré de correr por ese objetivo cuando el cuerpo ya no sea capaz de alcanzar su tope.
La carrera climatologicamente ha sido durisima, la más dura de todas las carreras que he corrido hasta ahora con diferencia. Muchisima agua y frio. Muchas cosas han empeorado con los nuevos organizadores con respecto a ediciones anteriores. La media de Segovia es mi carrera favorita, pero el año que viene si no cambian ciertas cosas es muy probable que no la corra.
